viernes, 30 de abril de 2010

Tremenda acusación contra Eduardo Galeano (o De cómo Eduardo Galeano arruinó mis finanzas)


Usted, señor Eduardo Galeano, es el culpable, como dice el bolero. Yo lo acuso con este dedo acusador: si no fuese por usted, yo no estaría –acaso-, escribiendo esto. Estaría -quizá, quién sabe-, en un estudio contable, o en un bufete de abogados, confortablemente sentado sobre mi fortuna personal.

Pero no.

Por culpa suya, señor Eduardo Galeano, yo me dediqué un día a escribir. O mejor dicho: terminé de decidir que quería escribir. Cuentos, opúsculos, lo que sea.

Y acabé estudiando periodismo, o algo parecido.

Y acá estoy, arruinado económicamente.

En la miseria más feliz.

Y todo por culpa suya.

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