Resulta paradójico que los mismos diarios que aseguran hoy vivir "bajo una dictadura" no decían -durante la verdadera dictadura-, que vivíamos "bajo una dictadura".
viernes, 12 de diciembre de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
Noticias
Sépanlo.
Las noticias
son lo que le conviene a alguien que haya
sucedido.
Punto.
Porque las
noticias ocultan hechos que en verdad ocurrieron pero que no es conveniente mostrar.
Las noticias
sólo muestran lo que alguien quiere mostrar.
Alguien
selecciona lo que es “noticia” y ese alguien no es inocente.
Tiene
ideología, cosmovisión y sobre todo, intereses.
Las noticias,
de ese modo, no pueden juzgarse sin ese nivel adicional de conciencia crítica.
Porque las
noticias no son inocentes.
Las noticias
son, en muchos casos, una deformación interesada
de la realidad, que es una forma sutil de la mentira.
domingo, 6 de julio de 2014
Eruca Sativa, la evolución del power trío
Con sólo tres discos en su haber y una breve carrera iniciada en 2007, Eruca Sativa se ha convertido en puntal del denominado nuevo sonido argentino del rock nacional. No obstante la ambigüedad de esa definición, lo cierto es que la banda cordobesa contiene elementos que la hacen destacar por sobre sus demás contemporáneas.
“Fusión” es la
palabra que caracteriza a ES, dice Brenda Martin, bajista de la agrupación. En
efecto: porque el estilo de Eruca alberga una paleta de colores y sonoridades que
evocan a los viejos power trío de
finales de los 60 y principios de los 70, y sonidos –digamos-, más “modernos”.
Es decir: Eruca parece contener en cierto modo el pasado y el presente (y acaso
el futuro) del rock.
En Eruca
Sativa oímos algo de los primeros Rush o Grand Funk Railroad –por mencionar algunas
bandas lejanamente emparentadas-, todo mezclado con un poco de Red Hot Chili
Pepers o Foo Fighters, y con la obvia y reconocida influencia autóctona de
Divididos.
En Eruca hay de todo como en botica: rock, funk,
metal, pop o folklore si es menester, y el paquete viene envuelto en un power
trío simple y original. Y además, con ese
toque femenino que le dan la voz rota y la guitarra criteriosa de Lula
Bertoldi, más las líneas virtuosas de Brenda (una guitarrista que toca el
bajo). Gabriel Pedernera –el caballero de la película-, completa la formación
con su sólida y ágil batería.
Por todo esto
creo que Eruca Sativa es una vuelta de
tuerca al rock, la evolución del power trío.
miércoles, 18 de junio de 2014
Conmigo no cuenten
Primero. La
deuda externa argentina –como la de buena parte de Latinoamérica y el Tercer
Mundo-, es esencialmente ilegítima y
ya fue “pagada” varias veces con intereses usureros y “refinanciaciones” diversas. Y
digo que es ilegítima porque fue contraída en gran medida por gobiernos de
facto, con la “anuencia” de los organismos financieros internacionales (FMI y
BM) y el beneficio de bancos y empresas privadas locales y extranjeras. En
otros términos: es una estafa lisa y
llana contra el Estado argentino, es decir, contra todos nosotros.
Segundo. El
juez Griesa no tiene soberanía sobre las decisiones en materia económica de un
país como Argentina: controla apenas un tribunal menor de un país extranjero.
La cesión de la soberanía económica
de nuestro país en la renegociación de la deuda fue lograda bajo la presión del
default y el ahogo de los sucesivos gobiernos de turno. Es legal pero no
legítima, como todo contrato leonino.
Es un absurdo jurídico que no consiento: el juez Griesa no puede decidir sobre lo
que yo debo o no debo. Es como poner a un zorro para que dirima el litigio entre el lobo y las gallinas.
Tercero. Los
llamados “fondos buitre” no son más que lacras
del sistema financiero internacional,
basuras que lucran con la deuda de los países pobres, es decir, con el hambre
de millones de personas. Conmigo no cuenten: no quiero pagarles ni un centavo a
estos hijos de mil puta.
Buenas noches!
lunes, 16 de junio de 2014
jueves, 6 de febrero de 2014
Porqué los precios suben
Uno de los mitos que la economía neoliberal ha
implantado en el imaginario colectivo consiste en suponer que los precios suben
por obra de algún mecanismo autónomo.
Según esta visión, los precios tienen vida propia, son inexplicables e
impredecibles, como un rayo u otro fenómeno atmosférico caprichoso que hace lo
que le viene en gana.
Los precios suben, así sin más, como si tuvieran
decisión independiente y soberana, y nada podemos hacer al respecto, más que
contemplarlos como a dioses coléricos.
Pero los precios, amigos, no tienen vida propia
ni autonomía de decisión.
LOS PRECIOS SUBEN PORQUE ALGUIEN LOS SUBE, MACHO.
En otros términos: en algún momento, alguien toma la decisión de subir los precios.
Es verdad que en ciertos casos puntuales, algunos
productos pueden sufrir aumentos de precio estacionales o temporales: cuando la
oferta o la demanda son afectadas por un hecho de fuerza mayor, “los precios”
reaccionan en consecuencia.
Pero hay un pequeño error en esta concepción
neoclásica de la economía: está rematadamente
comprobada la falacia de las vetustas leyes de la oferta y la demanda. La
economía no se maneja con automatismos o equilibrios mecánicos, como creían los
autores neoclásicos. Esa es una visión in
abstracto que choca con la realidad más prístina: a los precios alguien
los sube porque le conviene y puede hacerlo, y además puede imponer esa suba a los demás actores de
la economía, incluso al Estado mismo.
Muchos comerciantes aducen que han subido sus
precios porque sus proveedores han hecho lo propio. Y así todos se tiran la
pelota unos a otros. Sin embargo, la cadena de precios que se mueve como una
ola hasta llegar al consumidor comienza en algún punto: los denominados
“formadores de precios”.
En líneas generales, estos personajes económicos son
grandes empresas que controlan todas las fases de producción y distribución de la
mayoría de los bienes. En la Argentina, sin ir más lejos, un puñado de 50
empresas maneja el 80 por ciento de todo el mercado de rubros del llamado
“consumo masivo”. Basta para que estas empresas decidan aunar conveniencias (“cartelizar” se llama a eso) para que la
cadena de precios se desate como una cascada de fichas de dominó.
Dicho de otro modo: hay quienes tienen el poder de aumentar los precios, e
iniciar la cadena de la eventual inflación.
Visto desde este ángulo, entonces, el precio no es
otra cosa que el resultado de una
estructura de poder que no responde a la simple oferta y demanda.
Cuando un precio sube,
alguien gana y alguien pierde. Adivinen quiénes son los ganadores y quiénes los
perdedores.
Esta es la razón por la cual los “controles de
precios” suelen fallar: los controles de precios nunca controlan a quienes en verdad controlan los precios,
esto es, los formadores de precios.
En sí mismo, el precio contiene el llamado “margen
de ganancia”, un porcentaje que garantiza la rentabilidad de la empresa
capitalista. Este margen de ganancia puede ser razonable (es decir, adecuado a
los costos de producción dados) o puede oscilar entre la mera especulación y el
liso y llano abuso.
Mirándolo una vez más desde este ángulo, el precio
es una suerte de transferencia legal,
que en muchos casos resulta un
sometimiento del sistema para con los consumidores.
En la Argentina, los márgenes de ganancia de muchas
empresas son de seguro tan abusivos, que los precios de sus productos se derrumbarían estrepitosamente si se
ajustaran a sus costos de producción.
Es que el precio es en si mismo un abuso. Es una transferencia permanente de ingresos del consumidor a las grandes empresas. Y
en el mejor de los casos, es una
transferencia de costos de los empresarios intermediarios al consumidor, un
mecanismo para trasladar sus pérdidas a la sociedad.
Cuando es menester –y hay razones políticas para ello-,
el aumento de precios deviene en la tan meneada inflación. O incluso, en una espiral hiperinflacionaria, que no es
otra cosa que una gigantesca y abrupta transferencia de ingresos de los pobres a los ricos por intermedio
de los precios.
Cuando hay inflación o hiperinflación no perdemos
todos: hay unos pocos que se vuelven más y más poderosos.
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