jueves, 27 de noviembre de 2008

¿Qué más tiene que pasar para que Edesur pierda la concesión?


En un país desarrollado ya hubiera ocurrido.

Pero este no es un país desarrollado.

Y uno se pregunta: ¿qué tiene que pasar para que la empresa Edesur pierda la concesión del servicio eléctrico?

Ya en 1999 se registraron los primeros grandes cortes, que hoy se repiten en muchos barrios porteños y localidades del conurbano bonaerense.

Diez años pasaron desde entonces.

Reitero: diez años.

Y uno se pregunta: ¿cuánto tiempo más tiene que pasar para que Edesur haga las “inversiones” que corresponden y así evitar que el sistema colapse? ¿Cuántos años más deberemos esperar los usuarios?

Y me sigo preguntando: ¿cuánto pagó Edesur por su parte de la antigua e “ineficiente” Segba? ¿Cuánto ganó Edesur desde la privatización, en 1992, hasta el momento, en particular durante la ominosa convertibilidad del emirato corrupto? ¿Cuánto invirtió y cuánto debería haber invertido para que la infraestructura eléctrica funcione correctamente?

Mucho me temo que si hacemos bien las cuentitas, los favorecidos son unos poquitos empresarios vivos; y los perjudicados –adivinen-, somos nosotros, los usuarios, y el Estado.

A que sí.

Qué jugamos.

Insisto: en un país desarrollado, Edesur ya habría perdido la concesión y sus directivos deberían enfrentar a la Justicia.

Pero este no es un país desarrollado.



miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sobre el delito juvenil


Considerar que el delito es producto de la ausencia o presunta “debilidad” de las leyes es como creer que el dolor de cabeza es producto de la falta de aspirinas.

El derecho penal actúa en todo caso sobre las consecuencias del delito y nunca sobre las causas.

Más aún en el caso del delito juvenil.

Porque el delito juvenil no nace en la edad de imputación de los menores.

El delito juvenil nace en la desnutrición infantil y en la subalimentación.

El delito juvenil nace en la deserción escolar y en la subeducación.

El delito juvenil nace en la disgregación de la familia por la desocupación, la marginalidad y la discriminación.

El delito juvenil nace en la falta de agua potable y cloacas.

El delito juvenil nace en un sistema tributario regresivo.

El delito juvenil nace en el pornográfico privilegio de unos pocos.

El delito juvenil nace, en síntesis, en el subdesarrollo.