viernes, 14 de agosto de 2009

La pobreza está de moda


Qué país canalla será el que vivimos, que ahora se habla de la pobreza porque conviene a los ricos.

O porque puede usarse como ariete contra el Gobierno.

Causa asco y repulsión: los ricos descubren la pobreza, y encima se indignan.

Qué horror, diría la señora de los almuerzos.

El Gobierno tampoco se queda atrás, claro. El Indec anunció que modificará su metodología para medir la pobreza. A juzgar por lo ocurrido con los precios, de seguro todos pasaremos a vivir en la opípara abundancia, mientras los pobres pobres serán barridos bajo la piadosa alfombra de las estadísticas retocadas.

De lo que seguro pero seguro no se habla es de las causas de la pobreza.

No, señor.

De eso no se habla.

A menudo, la pobreza es descripta con minuciosa pulcritud, pero nadie explica por qué existe o crece cada día un poco más. Pareciera que la pobreza es una suerte de fenómeno atmosférico, algo que ocurre porque sí, como todo lo que ocurre en este país.

No tiene causas ni razones.

Sólo existe.

Y crece.

Pero a nadie en su sano juicio se le ocurriría decir que la causa fundamental de la pobreza es la riqueza de unos pocos.

Vaya si es simple: si el país puede abastecer a todos, y hay muchos que no tienen nada, es porque unos pocos se quedan con la parte del león.

La pobreza la causan los ricos con su riqueza.

Esos mismos señorones que ahora se hacen los indignados.




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