miércoles, 6 de mayo de 2009

El argentino medio y su auto


El objetivo central en la vida del argentino medio es tener un auto.

Toda su existencia gira en torno a ese vano deseo.

En la consecución de su fin, el argentino medio no escatima esfuerzos ni sufrimientos, y hasta es capaz de vender al país entero a cambio de su objeto fetiche.

Cuando consigue tener su querido autito, el argentino medio pasa automáticamente al siguiente nivel de deseo: tener un auto mejor.

Y así se reproduce el sistema.

Sucede que para el argentino medio, el auto no es simplemente una forma de transporte con cuatro ruedas: es un objeto de status social, una deidad con la que enrostrar a amigos, parientes y vecinos.

El que tiene un auto es mejor que aquel que no lo tiene.

El que tiene un auto mejor es mejor que aquel que tiene un auto inferior.

Y así sucesivamente.

En la escala de valores del argentino medio, el más admirado es el que tiene el mejor auto.

El que tiene el mejor auto, tiene el pene más largo.

Tener un auto te hace más atractivo ante las mujeres, y para las mujeres poseedoras de auto, es un símbolo de “libertad”.

El auto es sinónimo de poder.

Para muchos argentinos medio, el auto lo es todo.

En no pocos casos, el argentino medio le dedica más atención a su auto que a su propia familia, o aún a sí mismo.

Si el argentino medio le dedicara al país la misma atención que le prodiga a su autito, la Argentina sería una potencia mundial.




1 comentario:

Gladys Taboro dijo...

Genial tu apreciación! Felicitaciones...
Saludos