miércoles, 13 de junio de 2007

El país de los retrasados mentales


A juzgar por los últimos resultados electorales o el auge de ciertos programas televisivos berretas –que no obstante, alcanzan audiencias inéditas-, uno estaría tentado de pensar que los habitantes de este país tienen algún problema en la azotea. Que son –digamos-, un poco... retrasados mentales.

Se trata –desde luego-, de una generalización peligrosa que no estoy dispuesto a hacer.

No, claro que no.

Sin embargo, si uno mira el asunto con más detenimiento, verá que la realidad no está muy lejos de esa audaz aseveración: a veces, este país parece un país de tarados mentales.

Verán a lo que me refiero con este ejemplo muy simple.

En 1999, UNICEF elaboró un informe con niños de cinco años pertenecientes a barrios pobres del conurbano bonaerense y el Gran Rosario. Los resultados de ese estudio fueron aterradores. Más del 40 por ciento de esos niños estaba por debajo de las capacidades cognitivas consideradas “normales” para esa edad. En otros términos: que eran un poco retrasados -leves en muchos casos-, pero retrasados al fin.

Los chicos analizados no tenían desarrolladas ciertas habilidades, no reconocían los colores o eran incapaces de tomar un lápiz y dibujar. ¿Cuál será la causa de semejante desarreglo? No es muy difícil de responder, amigos: la desnutrición –la carencia de vitaminas y proteínas-, la falta de estímulos adecuados, la pobreza.

En síntesis: el subdesarrollo.

A los cinco años, esos niños ya no estaban en condiciones de “competir” con niños de su misma edad, pero de estratos económicos superiores. Cuando esos chicos crezcan y vayan a la escuela -¡y este informe era de 1999!-, la cosa no va a arreglarse: esos niños van a desertar tempranamente del sistema educativo, van a caer en el trabajo infantil, en la droga o en el delito. Y luego, en las cárceles o la muerte violenta. Es un círculo vicioso llamado subdesarrollo: los pobres producen pobres, y luego más pobres.

Podemos ver en las calles -o en la tele-, a esos pibes de 10 o 12 o 15 años, desdentados, con un vocabulario exiguo, incapaces de coordinar una sola frase coherente, que fuman o se dan con el paco, y finalmente, que salen a robar o a matar.

Si se los estudia, muchos de ellos serían considerados retrasados mentales. Pero no son retrasados al estilo de Forrest Gump: los han retrasado, los han condenado a la estupidez y a la ignorancia.

De más está aclarar cuán importante es para ciertos sectores de la sociedad, que una parte de la población no pueda pensar: nada mejor para los ricos que los pobres carezcan de capacidad crítica.

Los retrasados mentales son “útiles” para la estabilidad del subdesarrollo, ya sea por carencias alimentarias o por estupidización vía TV.

¿Ya ven que no era muy osada la afirmación que encabezaba este texto?

4 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

Pues no, no es osada. Lamentablemente es bastante certera.

aristideseljusto dijo...

Mmmm... temo que si... Y parece que la cosa no va a mejorar nada.... Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

5-Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga millones de seres humanos son la miseria planificada.-

Carta abierta de Rodolfo Walsh a la junta militar.

No sé si la cosa va a mejorar, pero mucho de mi tiempo transcurre educando para la libertad.

aristideseljusto dijo...

Si, conozco su accionar con los niños. Usted hace todo lo posible. Pero, qué diría hoy Walsh si viera que "bien terminado" quedó el modelo de la "miseria planificada"????