Al fin de cuentas, resulta que Marx tenía razón.
Que el capitalismo es, en definitiva, un sistema que explota a unos en beneficio de otros (pobres y ricos, capitalistas y proletarios, desarrollados y subdesarrollados, o como quieran llamarles)
Que la lógica del capitalismo –esto es, la lógica de la empresa, vector capitalista-, no es otra que maximizar la ganancia. Y que las necesidades sociales (nimiedades como el alimento, la salud, el trabajo de los seres humanos, la integridad del medio ambiente, etc.) se subordinan a esa lógica, la maximización de la ganancia.
Qué, en definitiva, el capitalismo es un modo de producción revolucionario, capaz de generar enormes riquezas, pero que conduce inevitable, inexorable, irremediablemente a la desigualdad. Y que cuanta más riqueza crea, más desigualdad crea. Y que por consiguiente, es un modo de producción inviable para lograr un mundo socialmente más justo y ecológicamente sustentable.
Ajá.
Entonces, tanto lío y al final Marx tenía razón.
Parece un chiste, che.
1 comentario:
Marx diagnosticó bien, pero solucionó mal
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