El 28 de junio de 1966 se consumó uno de los hechos más vergonzosos de la historia de este país. Con la indiferencia de “la gente” y la ominosa participación de parte de la prensa local, las FF.AA. depusieron de la presidencia al Dr. Arturo Umberto Illia.
Los llamados “factores de poder” actuaron –una vez más-, en defensa de sus miserables intereses, y protagonizaron un nuevo golpe de estado, uno de los tantos que asolaron nuestra historia.
Entre los argumentos absurdos que se utilizaron para justificar el golpe, se aseguraba que Illia era demasiado lento e irresoluto: una “tortuga”, como le decía la prensa.
Pero resulta que Illia –un médico con fama de honesto-, no era ninguna tortuga: su gobierno, acaso, fue el mejor gobierno que hemos tenido en las últimas décadas. Porque Illia tomó una serie de medidas que, vistas hoy a la distancia, no dejan de asombrar por su audacia y su progresismo.
¿Qué fue lo que hizo?
Illia anuló los contratos petroleros de Frondizi, por considerarlos una onerosa carga para la Nación; sancionó una Ley de Medicamentos que protegía la industria nacional y ponía límite a las multinacionales del sector; elevó el presupuesto de Educación al 23%, una suma increíble aún hoy; redujó la deuda externa y se dice que expulsó a los emisarios del FMI; rechazó enviar tropas a República Dominicana, como exigía EE.UU., en otra actitud que demostró su valentía e independencia; e intentó desproscribir al peronismo, que no había podido participar en las elecciones que lo llevaron a la Casa Rosada.
En síntesis, su gobierno fue verdaderamente progresista, y tuvo a los países nórdicos como modelo a seguir. La cultura experimentó un florecimiento, y hasta la economía mejoró y el PBI creció un 10% anual.
Todavía uno se pregunta cómo pudo gobernar con todas las clases dominantes en contra y una brutal campaña de los sindicatos peronistas, y aún así conseguir logros en todos los rubros de gobierno.
Su breve período en el poder (1963-1966) demostró que la Argentina podría ser otro país si estuviese gobernado por dirigentes honestos y valientes que no dudasen en tomar decisiones a favor de la Nación y en contra de los mezquinos intereses sectoriales de los ricos.
Dicen que aquel frío día de junio, Illia se negó a abandonar su cargo cuando los militares quisieron desalojarlo de su despacho. Entonces vinieron los refuerzos y casi a empellones lo sacaron de la Casa Rosada. Después de escupirles en la cara su desprecio, Illia rechazó un auto que le “brindaban” los golpistas, se tomó un taxi y se fue a la casa de su hermano. El taxista no le quiso cobrar.
El Viejo volvió a la pobreza digna con la que había llegado a la Presidencia.
Foto: Arturo Illia abandonando la Casa de Gobierno luego de su derrocamiento (Publicada por la Revista Gente).
2 comentarios:
¿Qué haría Illia si hoy fuese presidente? Acaso, reestatizaría YPF y Gas del Estado; o suspendería el pago de la deuda externa y crearía una comisión para estudiar su origen y legitimidad; o haría una reforma tributaria progresiva; en fin, medidas que yo tomaría sin dudar...
En "perspectivas diferentes" encontrarás el enlace a un bloj "joseppamies" que trata ese tema de los transgénicos que me parece que te interesa mucho
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