Primero. La
deuda externa argentina –como la de buena parte de Latinoamérica y el Tercer
Mundo-, es esencialmente ilegítima y
ya fue “pagada” varias veces con intereses usureros y “refinanciaciones” diversas. Y
digo que es ilegítima porque fue contraída en gran medida por gobiernos de
facto, con la “anuencia” de los organismos financieros internacionales (FMI y
BM) y el beneficio de bancos y empresas privadas locales y extranjeras. En
otros términos: es una estafa lisa y
llana contra el Estado argentino, es decir, contra todos nosotros.
Segundo. El
juez Griesa no tiene soberanía sobre las decisiones en materia económica de un
país como Argentina: controla apenas un tribunal menor de un país extranjero.
La cesión de la soberanía económica
de nuestro país en la renegociación de la deuda fue lograda bajo la presión del
default y el ahogo de los sucesivos gobiernos de turno. Es legal pero no
legítima, como todo contrato leonino.
Es un absurdo jurídico que no consiento: el juez Griesa no puede decidir sobre lo
que yo debo o no debo. Es como poner a un zorro para que dirima el litigio entre el lobo y las gallinas.
Tercero. Los
llamados “fondos buitre” no son más que lacras
del sistema financiero internacional,
basuras que lucran con la deuda de los países pobres, es decir, con el hambre
de millones de personas. Conmigo no cuenten: no quiero pagarles ni un centavo a
estos hijos de mil puta.
Buenas noches!
1 comentario:
Hay que sumar a Latinoamérica y el Tercer Mundo a un nuevo miembro del club: España.
Incluso han reformado el Artº 135 de la Constitución para obligarnos a pagar la deuda odiosa contraía por la crisis bancaria. Dinero que sale de la sanidad y la educación pública, la asistencia a desfavorecidos sociales, sueldos de trabajadores y derechos sociales de todos los ciudadanos.
Yo tampoco quiero pagar el desfalco bancario, así que hacedme un hueco en Argentina. A lo mejor funciona...
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