Los sabios
aseguran que los blogs –esas bitácoras
personales que se multiplicaron por millones en pocos años-, están pasando
a mejor vida. Y entonces, no es extraño descubrir a muchos de ellos
abandonados, como barcos encallados en la arena, con fechas antiguas y sin
renovar. Sus dueños –hartos acaso de tirarle piedras a la luna-, desertaron pronto
de la naciente blogósfera.
En otros
términos: los blogs se mueren.
Hace rato que
ya no son una novedad para los más jóvenes, que los han reemplazado por otros
artificios: Facebook primero, Twitter después, y quién sabe qué mañana.
Hasta no hace
mucho, se decía que los blogs eran pequeños
espacios de libertad individual en los que ciudadanos de a pie podían
ejercer su libre albedrío de modo democrático.
Un ágora
mundial electrónica.
Pero se
multiplicaron tanto, se crearon tantas voces libres, que se convirtieron en un
coro clamoroso sin sentido ni cohesión: millones de blogs que no decían nada.
Sólo unos pocos lograron trascendencia y por consiguiente, se convirtieron en otra cosa.
Los blogs se
mueren, preconizan los sabios.
No obstante,
algunos subsisten al paso del tiempo por la extraña pero heroica convicción de
la resistencia.
El íntimo
fracaso es el secreto de su éxito.
Este, amigos,
es uno de esos blogs.
2 comentarios:
Los blogs resisten, sí,como tantas cosas. Desde algún lugar nos quieren convencer de la supremacía de las mal llamadas redes sociales. Los blogs no van por ese lado. Se parecen más a diarios íntimos o a libros de bolsillo. Son más cuidados estéticamente y pretenden una escritura aceptable. Como se dice en este posteo será cuestión de seguir adelante aunque baje el número de lectores. La pregunta por la utilidad de lo que hacemos no tiene ni tendrá respuesta. Aguanten los blogs. Luis.
Supongo que los blogs seguirán existiendo en el futuro como existen aún los discos de vinilo. Siempre hay locos que avanzan para atrás.
Respecto de las redes sociales, seguro que interesará esta opinión de Noam Chomsky http://goo.gl/0RMBE
Abrazo!!
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