A fines del siglo XX, los argentinos consintieron un modelo económico que implicaba la privatización del aparato estatal y la “desregulación” de la economía. Entonces, sin prisa y sin pausa, el estado fue desmantelado y pasado a la actividad privada: trenes, electricidad, gas, agua, etc., etc.
Finalmente, todo fue desregulado y privatizado.
Se privatizó tanto, tanto, que hasta se privatizó el delito.
Si.
En los setenta, era el estado el que secuestraba, robaba y mataba.
Hoy, gracias a la magia del neoliberalismo, la actividad del robo también es privada: es la libre iniciativa de robar y matar.
Nótese que es una actividad desregulada que cualquiera puede iniciar. Hasta un chico de 14 años.
Sólo falta la eliminación del Código Penal para lograr la completa desregulación del delito.
¿Hasta cuándo va esperar la Suprema Corte de Justicia para abolir ese engendro legal que traba el libre mercado del choreo?
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