Sobre la necesaria e inexorable reforma tributaria que debe hacerse para construir un país más justo.
Usted lo expresó con gráfica simpleza: dijo que le “hierve la sangre” cuando ve la pobreza de muchos y la riqueza de unos pocos. Cuando vio, allá en Tartagal, esos pies pequeños llenos de barro, esas casas humildes derribadas por el alud.
La sangre que hierve.
Es un sentimiento que comparto.
Usted, señora Presidenta, lo explicó muy bien en el Congreso: no hay educación o salud o seguridad si no hay un país más justo.
Esta es una verdad incuestionable.
Y usted lo repite siempre: el destino de su gobierno es construir ese país más justo que podríamos, que deberíamos ser.
¿Podríamos ser un país más justo?
Mi humilde opinión es que sí. Y para ello es menester empezar un largo camino que comienza con el primer paso: una reforma tributaria.
No es muy difícil de comprender: los países verdaderamente justos tienen un sistema tributario progresivo que se basa en impuestos a la riqueza, y en menor medida, en impuestos al consumo. De esta manera, lo recaudado se distribuye de un modo más eficaz mediante un Estado racional y social.
En la Argentina, en cambio, ocurre diametralmente lo opuesto: el principal ingreso impositivo es el IVA, que carga más sobre los que menos tienen. En tanto que los impuestos a la renta significan un ingreso relativamente menor a las arcas del estado.
Simplificando: en los países justos, los impuestos vuelven al pueblo en forma de educación y salud. En los países injustos, los impuestos vuelven al pueblo en forma de gases lacrimógenos y cárceles.
Esto debe cambiar ya.
Dicho de otro modo: la condición necesaria e indispensable para avanzar hacia un país más justo es hacer una reforma tributaria.
SIN REFORMA TRIBUTARIA NO HAY PAÍS MÁS JUSTO.
Por eso, señora Presidenta, le solicito se envíe al parlamento un proyecto de ley de reforma tributaria que altere de raíz la base de la recaudación impositiva de la Nación.
Es perfectamente posible de realizar.
Sería, claro, una medida que afectaría el bolsillo de los que más tienen. Ese será un costo que se deberá pagar para conseguir ese país más justo con el que soñamos usted y yo.
1 comentario:
Me gusta el "éxito" que tuvo esta entrada...
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