Los argentinos
nunca tenemos nada que ver con lo malo que ocurre en el país. La culpa siempre
es del otro, del Gobierno, del clima o del Fondo Monetario Internacional.
Porque los
argentinos de bien nunca consintieron dictaduras. Tampoco votaron a un tipo que
dijo haber leído a Sócrates.
Yo, señor?
No, señor.
Los argentinos
nunca apoyaron un plan económico que destruyó el tejido social, desmanteló el
estado y dejó a millones de personas en la pobreza y la marginación, sembrando
lo que ahora cosechamos como “inseguridad”.
No, claro, no
tiene nada que ver una cosa con la otra.
Los argentinos
no manejamos nuestro autito mientras hablamos por celular, no coimeamos al
agente de tránsito cuando nos detienen, no tiramos la basura en cualquier lugar
ni hacemos cagar al perro en la vereda del vecino.
Yo?,
argentino!
Los argentinos
somos geniales y no tenemos la culpa de nada.
La culpa siempre, pero siempre,
la tienen los demás.